viernes, 20 de marzo de 2009

El tratar bien a los otros…¿será buen negocio?

Decimos que el buen trato hacia los demás, es ético. Tomando la ética como aquella disciplina que se ocupa de la moral y determina qué es lo bueno y desde este punto de vista cómo se debe actuar.
Así mismo, el buen trato es estético, o sea que tiene que ver con la esencia y la percepción de la belleza, tiene que ver con la armonía y el equilibro de las formas.
Además, sobre todo, es mercantilmente….¡¡un gran negocio!!

¿Cómo es eso?

Recordemos que el mercantilismo es un conjunto de ideas económicas que considera que la prosperidad de una nación o estado depende del capital que pueda incrementar –acumular- a través del intercambio comercial o la balanza comercial positiva con otras naciones, o lo que es lo mismo, que lo que entra sea mayor a lo que sale.

¿Se preguntarán que tiene que ver con el trato a los demás?
De cualquier acción que realizo hacia el mundo y tiene que ver con otros tengo dos sensaciones, verificaciones o registros.
La primera: vuelve una imagen desde el otro hacia mí, la respuesta de la otra persona regresa. Y esta será seguramente, según lo que haya recibido.

Ejemplificando…

Si trato mal la imagen que me vuelve es desagradable y hasta peligrosa ya que habilito al otro a devolver lo mismo que recibe, y seguro que no me gustará.

Y la segunda sensación, es la que tengo de la acción cuando la estoy realizando antes que llegue al otro. Es el informe de acierto o error que tengo y que me entregan los sentidos, cuando estoy aprendiendo algo nuevo. Si trato bien es porque estoy bien.
Si trato mal me estoy retroalimentando en ese vicio del maltrato y vuelvo a responder con mayor enojo, por ejemplo.

Entonces, el tratar a los demás como quiero que me traten; suponiendo siempre que quiero lo mejor para mi, tiene doble utilidad, lo que vuelve del mundo es placentero y cada vez que hago algo bien hecho… me queda la sensación de una acción válida.

Receta económica:
Incremente sus recursos y su capital emotivo…trate bien a los demás.
Saludos cordiales,
Lic. Carlos A. Buj

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